El Concejal y Presidente Nacional de la Alianza Verde Antonio Sanguino, sostuvo que “el aumento de las tarifas, hecho por la actual Administración, no soluciona la crisis del Sistema Integrado de Transporte Público – SIPT”.
(Junio 12/16) Para el Concejal Sanguino “Los principales problemas estructurales del SITP son la baja demanda en el servicio del componente zonal y la equivocada renegociación de los contratos de las fases I y II, hecha por la anterior administración, que no tuvieron un impacto real en la tarifa y produjeron un hueco fiscal crónico en las finanzas de la ciudad”. Y continúa diciendo “el componente zonal del SITP, que mayoritariamente es prestado por los buses azules, equivale o tiene un peso del 56.3% dentro de todo el sistema, si la sostenibilidad financiera de este componente falla puede conducir a la quiebra de todo el sistema, incluyendo por supuesto el componente troncal o la operación de las troncales del Transmilenio o buses rojos articulados”.
“Diariamente solo se suben a los buses azules alrededor de 1.600.000 usuarios, un 38.8%, cuando lo planeado era un poco más de 4 millones; las pérdidas que actualmente presenta el sistema debido a la baja demanda son de 67 mil millones mensuales, esto financieramente es insostenible”, afirmó el Cabildante y dirigente Verde.
Sanguino advierte que “a pesar del aumento de las tarifas, el déficit para este año será de $557.000 millones. Por eso se pregunta si ¿se volverán a incrementar las tarifas para cubrir las pérdidas? Ante este panorama le solicita a la actual Administración Distrital que tome medidas de choque para disparar la demanda y alcanzar un estado de equilibrio. El componente zonal requiere un “estartazo” inmediato ya que lo más preocupante es que la demanda presenta una tendencia decreciente respecto a lo diseñado”.
El concejal Sanguino le pide además a la Administración Distrital que “la nueva prórroga que se va realizar para la Fase I y II de Transmilenio, la cual es inevitable, contenga condiciones que privilegien a los usuarios, con un impacto real en la tarifa y que contribuya a reducir el déficit fiscal del sistema de transporte público. Que la crisis la paguen los operadores, no los ciudadanos”.