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La COP de la inacción: Una deuda a saldarse en el 2020

Por Camila Rueda

Finalizó la conferencia de las partes sobre Cambio Climático, la conocida COP25, con más dudas y desilusiones, que con verdaderos compromisos y acciones que permitan dar cumplimiento a lo dispuesto en el Acuerdo de Paris. Quedo nuevamente evidenciando que los ciudadanos del mundo son más conscientes que los tomadores de decisiones; el mundo quiere ver resultados, compromisos reales, y esta COP no cumplió las expectativas.

No podemos negar el esfuerzo realizado por muchos países, para lograr que la llamada CUMBRE DE LA AMBICIÓN CLIMÁTICA, contara con un documento que expresara compromisos reales y efectivos. Pero pese a ello, los sueños de muchos y los retos que se esperaba que el mundo asumiera, fueron obstaculizados por los intereses de los países con mayores índices de contaminación. El 15 de diciembre de 2019 muchos esperábamos un documento riguroso, que llevará a todos los Estados a asumir el compromiso real de mantener la temperatura global en 1,5°C. Pero por el contrario, nos encontramos con las denuncias realizadas por muchas organizaciones, entre ellas la de la WWF que tituló en su comunicado: Los países más contaminantes han secuestrado la COP25”, una frase que evidencia cómo los países con mayor número de emisiones como Estados Unidos, China, India, Japón, Brasil, entre otros, continúan desconociendo la importancia de su actuar y se niegan a asumir su responsabilidad frente a la crisis climática a la que se está enfrentando el mundo.

Las reuniones de la COP evidenciaron desconexión entre lo que ocurría en cada uno de los pabellones, en las calles y en lo que se negociaba a puerta cerrada. Mientras Colombia firmaba el Acuerdo de Escazú, se lograban acuerdos de cooperación para mitigar la deforestación o el compromiso de 73 naciones por establecer para el 2020 un plan de acción climática más ambicioso en el cual la sociedad civil y el sector privado, desempeñen un rol principal; a puerta cerrada, se evidenciaban posturas inamovibles y se nublaban las negociaciones, en especial, en lo que atañe a lo dispuesto en el Artículo 6 del Acuerdo de París, el cual regula el mercado de carbono, con el objetivo de financiar a los países, para ayudarlos a cumplir sus compromisos de mantener la temperatura global en 1,5°.

La COP25, la que tenía como lema “Es tiempo de actuar”, la llamada por muchos como la COP de la ambición, no dio respuesta al clamor ciudadano. Los países contaminantes no comprendieron que el momento de actuar es ahora y que del texto de la COP25 dependería la hoja de ruta para enfrentar la crisis climática. Necesitamos acciones reales y un compromiso de todos, no podemos continuar desconociendo la responsabilidad que tenemos con nuestro planeta. Llegó el momento de comprender que el planeta es más resiliente que los seres humanos y que cuidarlo y protegerlo, es preservar nuestra existencia.

Pero pese a lo desafortunado que resultó conocerse que la COP25 no cumplió su objetivo; resulta evidente el clamor por la defensa del ambiente, la unión de los ciudadanos del mundo en una sola voz exige una ACCIÓN CLIMATICA YA. Si los Estados no lograron llegar a acuerdos por intereses particulares, los ciudadanos del mundo si lo hicieron y están más fuertes y unidos que nunca, para proteger su casa común, su planeta. No obstante, el tiempo de actuar para los tomadores de decisiones al finalizar la COP25, parece ser que será para el 2020; grandes retos para el mundo a punto de finalizar la segunda década de este siglo, que deberán estar encaminados a conjurar lo que dice la ciencia con los intereses políticos y económicos, que impidieron lograr las metas ambiciosas fijadas para la COP25.

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